Mirar hacia atrás para seguir adelante.

El día de hoy ha sido cuanto menos, complejo. Extraño. Pero me ha hecho pensar, en el pasado, en su significado y en mi actitud en otros tiempos.

A veces he dejado atrás determinadas aficiones, gustos o intereses por el hecho de que perdían poco a poco la importancia. Siempre he tenido el defecto de la espontaneidad fugaz. Algo llama mi atención, le doy caña por tiempo indefinido hasta que queda definido. Con principio y con final. El blog a principios de año era claro ejemplo de ello. Luego desaparece paulatinamente y a otra cosa, mariposa.

Todo cambia con el paso del tiempo, es algo que de hacerse evitable renegaría de la propia evolución. ¿Qué pasaría si echamos la vista atrás y observamos cómo nos comportábamos cuando estábamos en primaria? O cómo escribíamos por Messenger y Tuenti... Lo más normal es que en primera instancia nos sintiéramos ciertamente avergonzados de dichas actitudes, de los gradientes en los nicks y de los estados filosóficos; y en segundo lugar nos aliviaría tener esa certeza de que hemos mejorado. Esto me lleva al siguiente punto. No hay que anclarse a nada, pero deberíamos de tenerlo ciertamente presente para ser conscientes de hacia dónde estamos yendo.

Es habitual que hablemos de épocas, que engloban ciertos criterios sociales que ayudan a explicar el comportamiento en un determinado periodo de tiempo. La época en la que uno quería ser futbolista, la época en la que uno escuchaba tal clase de música, etc. Estas épocas, en mi caso, dejan cierta reminiscencia nostálgica que aparece con fuerza tiempo después, y me ayudan a saber en qué posición estoy en un momento concreto y hacia dónde me gustaría guiar mis futuras acciones, para satisfacer ese deseo de épocas pasadas que, de una forma u otra, evolucionan hacia lo que deseo en este momento.

Conviene recordar de donde venimos para saber hacia donde vamos. En todos los aspectos. De ahí se desprende una cita histórica que reza: "Quien olvida su historia está condenado a repetirla", y bajo mi opinión es cierto, si bien la historia se adecúa a su propio contexto.

Me refugio demasiado bajo esta idea, he recurrido a ella últimamente y me está ayudando a entender mi realidad ambiental, así que he querido desarrollar un poco el pensamiento en esta bitácora perdida de la mano de Dio.

Finalizo con una recomendación musical de mi "yo pasado":




Sobre la ¿evolución? de Guitar Hero

El otro día estaba en una plataforma comercial, donde había un improvisado Stand para probar el nuevo "Guitar Hero Live", versión que cambia algunas de las mecánicas hasta ahora conocidas para aportar un grano de realismo, al haber ahora dos filas con tres trastes que simulan dos cuerdas distintas, diferenciándose de la única fila habida hasta ahora con cinco trastes (añádase si es necesario el panel de slides del controlador de GH World Tour).

Al principio esta mecánica me resultaba extraña, he jugado a esta saga desde hace más de un lustro y no sabía cómo meterle mano al nuevo título, una sensación similar a quien trastea un GH por primera vez, aunque la forma para tocar una nota sea la misma. Pero noté algo más. No era un Guitar Hero como yo lo recordaba. Cuando introduje por primera vez mi GH III: Legends of Rock en la PlayStation 2 pude reconocer algunos de los temas que venían en los primeros tiers de canciones (para quien no haya jugado, en versiones anteriores tenías que ir completando listas de 3-4 canciones para desbloquear siguientes listas, por lo general con una dificultad progresiva). La sensación que transmitía GH III era la de poder disfrutar de clasicazos de Cream, Black Sabbath, The Who, The Rolling Stones, Iron Maiden, Metallica o de hasta Héroes del Silencio. Un estilo muy arcade que renovaba por completo la estética conocida en sus dos predecesores (o tres, contando el "GH Rock the 80's", algo parecido a lo que hoy en día llamaríamos una expansión como juego spin-off de GH II). Una endiablada dificultad para según qué canciones (me atrevería a decir que Dragonforce se hizo mundialmente famoso por este simulador). Y es que en esa época Guitar Hero era un juego fresquísimo, que durante muchos años tuvo una gran comunidad detrás creando contenido extra para PC/X360 (aún a día de hoy quedan algunos nostálgicos que siguen exportando canciones) y que parece que ya no engancha como antes. 

¿Por qué?

Me atrevería a decir que es culpa directa de dos factores: la aparición de competencia directa (Rock Band, Rocksmith principalmente) que obligan a modificar totalmente el sistema de juego, añadiendo más instrumentos a un juego principalmente orientado a ser simulador de guitarra. Este hecho, que por primera vez se da en GH: World Tour, hace que se modifique la esencia del juego, que ahora se orienta a crear y hacer crecer una banda, lo que a mi parecer elimina el componente arcade de encender la consola para tocar un par de canciones y luego realizar cualquier otra actividad. Incitar a los jugadores a encender y usar cada vez más periféricos no era el objetivo de GH, y adaptarse a lo que Rock Band había propuesto desde su inicio le fue pasando factura. En esta debacle quizás uno de los juegos más exitosos fue GH Metallica. Respondía a las demandas del público, un catálogo extenso de canciones cañeras y sin más rodeos. Pese a estar en contra de juegos de este estilo, dirigidos en torno a un grupo y cuya calidad dista de los títulos "principales", añadido a que el setlist de GH Metallica es muy mejorable (no incluye nada de 'Death Magnetic') no deja de hacer que sea en mi opinión el último soplo de aire fresco de la saga, recuperando esos viejos elementos. Títulos como Guitar Hero 5, o Guitar Hero Warriors of Rock no obtuvieron el éxito esperado pese a lo bueno de este último. Ya era tarde para recuperar la saga; frente al auge de Rock Band y su extenso catálogo de contenido descargable o frente al insuperable control en realismo de Rocksmith. El otro factor se desprende como consecuencia de lo anterior, el cuidar más un producto para llegar cuanto más público mejor perdiendo de esta forma la identidad que ha generado previamente una reputación positiva.

Esto se ve claramente en el setlist que propone GH Live. Una vuelta a los escenarios, en mi opinión, como teloneros de su rival directo Rock Band. Si uno piensa en una guitarra eléctrica, el primer género musical al que lo asocias suele ser el Rock, el Metal o alguno de sus sucedáneos. Cuando ves que lo más reconocible en el setlist de esta nueva entrega es Skrillex, Bring me the Horizon, Rihanna, Avril Lavigne te das cuenta de a qué público va dirigida la entrega (aquí se puede replicar que también aparece Green Day, Queen o The Who). Y no es porque no puedan aparecer, pero que se omitan artistas como Pink Floyd, AC/DC, Led Zeppelin o KISS entre muchísimos clásicos en favor de los anteriormente mencionados (los cuales no utilizan como pista principal en sus producciones la guitarra) hace que la producción de GH Live sea algo deficiente. Cuando revisé el primer tier de canciones disponibles en este stand donde probarlo, no conocía ninguna, y escuchando la muestra de las mismas, ninguna me llamaba la atención. A ese punto quería llegar. Es una entrega que NO me llama la atención. Soy un fan de la saga GH, he jugado a muchísimas entregas (incluso versiones moddeadas de GH II para PS2 con canciones extras), y también he jugado a Rock Band. Y a Frets on Fire. Y conozco bastante bien cómo funciona Rocksmith. Y de forma subjetiva opino que es necesario orientar el juego a quien en principio iba destinado, ofrecer canciones que sean desafiantes con la guitarra, y no títulos de moda para agradar a un público que no va a sostener la entrega más allá de un único título puntual.

Yo antes tenía un blog ¿anual?

Quien haya echado un poco la vista por esta bitácora llena de despropósito se habrá dado cuenta de que su actividad diaria es de un impactante 0'273...%, o lo que es lo mismo, que solo he traído una entrada al año desde hace tres años. 



Reflexión Nº 2015

Un año después me he acordado de la existencia de este blog. Tenía pensado darle un poco más de continuidad, pero bueno, ya se sabe cómo funcionan los propósitos de año nuevo.

Reflexión Nº 2014

Finaliza el año. No un año cualquiera, al menos para mí. Es ahora cuando la opinión se divide en si el balance hay que realizarlo cada ~365 días o si por su parte debería de ser un concepto presente de una forma más regular. Escribo esto a día 26/12/2014, y he de decir que 2014 ha sido un año pasable que en comparación a 2013 y desde una perspectiva general iguala o supera con creces a lo más pasado.

'Hail to the King': Review

Como inicio para este blog, voy a rescatar la entrada que más trabajo me ha llevado de mi viejo WordPress. Tanto es así que le he dedicado varios días y, como mínimo, 13 revisiones.
Tras medio mes, más o menos, al fin me he dispuesto a realizar una review personal sobre ‘Hail to the King’, el nuevo álbum de la banda californiana ‘Avenged Sevenfold’.
httk
Se llevaba esperando mucho tiempo. Después de una infinidad de ‘easter eggs’ y alguna que otra preview de 30 segundos, el pasado 19 de agosto, el website de Avenged Sevenfold publicaba un artículo en el que informaban del streaming en exclusiva (y gratis) de Hail to the King a través de la plataforma ‘iTunes’.
Esta fue la primera toma de contacto con el disco. De una duración total de unos 53 minutos (58 en su versión Deluxe), Avenged Sevenfold ha pretendido volver a los orígenes más clásicos del heavy metal, manteniendo aun así su estilo propio y característico, que han demostrado en todos sus trabajos hasta la fecha. Y ciertamente lo han conseguido, con un sonido limpio que incita a no saltarse ninguna de las canciones.
Una vez dicho esto, lo que ahora toca es analizar una a una las canciones, incluyendo el bonus track ‘St. James’.