Quien haya echado un poco la vista por esta bitácora llena de despropósito se habrá dado cuenta de que su actividad diaria es de un impactante 0'273...%, o lo que es lo mismo, que solo he traído una entrada al año desde hace tres años. 





Y es algo que me mosquea. Quiero decir, tengo muchísimas cosas en la cabeza que me gustaría escribir y desarrollar a mi modo, y qué mejor sitio que un blog personal -porque este no es que tenga una difusión o una influencia que tú digas ojocuidao'-. Entonces uno de mis propósitos para 2016 va a ser traeros y traerme un poco de actividad. Que se quede en propósito de palabra o se quede en algo cumplido para la "Reflexión Nº 2016" (Dio, cómo me curro los títulos ¿eh?) lo dirá el tiempo, las ganas que tenga de escribir y los temas que se me vayan viniendo a la cabeza. Volviendo unas líneas atrás he mencionado que me mosquea no escribir, y se desprende como consecuencia que me gusta (MUCHO) escribir. Y leer. Diría que me gusta más escribir que leer. Pero ahí ahí anda la cosa. Es una actividad que me relaja, que me ayuda a organizar los caóticos esquemas mentales desordenados como si un típico huracán norteamericano hubiese arrasado una ya de por sí una habitación llena de apuntes esparcidos por el suelo escritos con símbolos jeroglíficos de una civilización aún desconocida hasta la fecha.


A esta altura la verdad es que me queda poco que decir, he dado a conocer uno de mis no pocos propósitos de año nuevo, que en realidad son ideas que llevaban en mi cabeza mucho tiempo pero que no podía expandirlas en un contexto temporal pasado como 2015, y aunque no sean inmediatas en 2016 merece la pena recordar que es un año bisiesto y que hay 24h más para realizar o alcanzar esos objetivos. Buen año y buena suerte.